Tyto alba. En la más completa oscuridad de la noche se aprecia una gran figura blanca volando, que brilla con los faros del coche. No sólo usa su gran visión para cazar, también tiene una gran capacidad auditiva.
No construye nido ni aporta materiales, deposita sus huevos en una cornisa o lugar resguardado y los resguarda entre egagrópilas, por esta forma de anidar le son tan importantes los grandes edificios o cortijos viejos. Por eso es un ave tan vinculada al ser humano y base de leyendas e historias, que lo que más se debe destacar es su capacidad desraticida por su alimentación, casi exclusivamente de roedores.
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